Día Mundial de la Alimentación
El 16 de
octubre de cada año la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura
y la Alimentación celebra el Día Mundial de la Alimentación, en conmemoración
de su fundación en esa fecha de 1945 en la ciudad de Quebec.
La diversidad
biológica es fundamental para la agricultura y la producción de alimentos. Las
personas dependen de la variedad de alimentos, de un techo y de bienes para su
sustento. Sin embargo, el hombre presiona cada vez más sobre las especies y sus
entornos. Como resultado de ello, muchas plantas y animales están en peligro de
extinción y también lo están procesos naturales esenciales como la polinización
por los insectos y la regeneración de los suelos por los microorganismos.
Más
del 40 por ciento de la superficie terrestre se usa para la agricultura, lo que
confiere una gran responsabilidad en la protección de la biodiversidad a los
agricultores. Sirviéndose de técnicas adecuadas, como la agricultura sin
laboreo, un menor uso de plaguicidas, la agricultura orgánica y la rotación de
cultivos, los agricultores mantienen el frágil equilibrio con los ecosistemas
circundantes. Manteniendo la integridad de las plantas, los animales y sus
medios, se preserva una serie de procesos naturales esenciales. El ganado, los
insectos, los hongos y los microorganismos descomponen la materia orgánica
trasladando nutrientes al suelo. Las abejas, las mariposas, las aves y los
murciélagos polinizan los árboles frutales. Los pantanos y las ciénagas
eliminan los contaminantes filtrándolos. Los bosques impiden las inundaciones y
reducen la erosión. Y los depredadores naturales mantienen controlado el crecimiento
de cualquier especie.
Conservar
la biodiversidad para la agricultura requerirá esfuerzos en muchos frentes que
incluyen las medidas para conservar el medio ambiente, una mejor educación, más
investigación y ayudas gubernamentales. La FAO seguirá contando con la
colaboración de sus asociados, entre los que hay otros organismos internacionales,
instituciones de investigación, comercio y estudio sobre políticas; grupos de
base de las comunidades, el público y los consumidores.
Más de
840 millones de personas siguen padeciendo hambre en todo el mundo y aún más
sufren carencias de micronutrientes. Hasta ahora, los esfuerzos mundiales no
han bastado para alcanzar el objetivo de la Cumbre Mundial sobre la
Alimentación, y el objetivo de desarrollo del Milenio conexo, de reducir a la
mitad el número de hambrientos para el año 2015. La biodiversidad es un aliado
clave en la lucha contra la malnutrición. Su protección es algo que no podemos
permitirnos olvidar.
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