viernes, 18 de julio de 2014

Nelson Mandela, un líder de corazón

Nelson Rolihlahla Mandela nació el 18 de julio de 1918, en Mvezo (Sudáfrica). Perteneciente a la etnia xhosa, fue uno de los 13 hijos que tuvo su padre con cuatro esposas diferentes. Tuvo una infancia feliz escuchando historias de su pueblo, cuando éste era libre, antes de la llegada de los blancos.

Cursó los estudios de secundaria y bachillerato, y finalmente ingresó en la Universidad de Witwatersrand (Johannesburgo), donde se graduó, en 1942, como abogado. Compaginando los primeros trabajos de abogacía en un estudio jurídico, Mandela se unió al Congreso Nacional Africano (CNA); una organización que llevaba a cabo campañas pacíficas contra la discriminación y excesiva explotación que sufrían los negros sudafricanos. Así comenzaría su larga, tortuosa carrera política.

Renunciando a su derecho hereditario a ser jefe de una tribu xosa. En el año 1943 fundó la Liga Juvenil y organizó cuantiosas protestas en contra de la discriminación racial denominada como “apartheid”. Mediante huelgas y otras protestas no violentas, su nombre comenzó a escucharse cada vez más. Por su parte, el gobierno reprimía los manifestantes con sangre y violencia, y entonces fue cuando Mandela recurrió a la lucha armada.

En 1952 Mandela pasó a presidir la federación del Congreso Nacional Africano de la provincia sudafricana de Transvaal, al tiempo que dirigía a los voluntarios que desafiaban al régimen; se había convertido en el líder de hecho del movimiento. La represión produjo 8.000 detenciones, incluyendo la de Mandela, que fue confinado en Johannesburgo. Allí estableció el primer bufete de abogados negros de Sudáfrica. En 1955, cumplidas sus condenas, reapareció en público, promoviendo la aprobación de una Carta de la Libertad, en la que se plasmaba la aspiración de un Estado multirracial, igualitario y democrático, una reforma agraria y una política de justicia social en el reparto de la riqueza.

La intolerancia  del régimen racista llegó a su culminación en 1956, con el plan del gobierno de crear siete reservas, territorios marginales supuestamente independientes en los que se pretendía confinar a la mayoría negra. El Congreso Nacional Africano respondió con manifestaciones y boicoteos que condujeron a la detención de la mayor parte de sus dirigentes; Mandela fue acusado de alta traición, juzgado y liberado por falta de pruebas en 1961.

En 1960 durante el largo juicio tuvo lugar la matanza de Sharpeville, en la que la policía abrió fuego contra una multitud desarmada que protestaba contra las leyes racistas, matando a 69 manifestantes. La matanza aconsejó al gobierno declarar el estado de emergencia, en virtud del cual arrestó a los líderes de la oposición negra: Mandela permaneció detenido varios meses sin juicio.

Aquellos hechos terminaron de convencer a los líderes del Congreso Nacional Africano de la imposibilidad de seguir luchando por métodos no violentos, que no debilitaban al régimen y que provocaban una represión igualmente sangrienta. En 1961 Mandela fue elegido secretario honorario del Congreso de Acción Nacional de Toda África, un nuevo movimiento clandestino que adoptó el sabotaje como medio de lucha contra el régimen de la recién proclamada República Sudafricana; se encargó asimismo de dirigir el brazo armado del Congreso Nacional Africano (la Lanza de la Nación). Su estrategia se centró en atacar instalaciones de importancia económica o de valor simbólico, excluyendo atentar contra vidas humanas.

En 1962 viajó por diversos países africanos recaudando fondos, recibiendo instrucción militar y haciendo propaganda de la causa sudafricana; a su regreso, Mandela fue detenido y condenado a cinco años de cárcel. Un juicio posterior contra los dirigentes de la Lanza de la Nación le condenó a cadena perpetua en 1964. Pese a hallarse en cautiverio, ese mismo año fue nombrado presidente del Congreso Nacional Africano.
En la cárcel
Desde 1963 hasta 1990 durante 27 años en penosas condiciones, el gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en libertad. Nelson Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y fuera del país, en una figura legendaria que representaba la falta de libertad de todos los negros sudafricanos.
En 1984 el gobierno intentó acabar con tan incómodo mito, ofreciéndole la libertad si aceptaba establecerse en uno de los bantustanes a los que el régimen había concedido una ficción de independencia; Mandela rechazó el ofrecimiento. Durante aquellos años, su esposa Winnie simbolizó la continuidad de la lucha, alcanzando importantes posiciones en el Congreso Nacional Africano. El ferviente activismo de Winnie no estuvo exento de escándalos; años después, ya en los 90, se vería envuelta en un polémico juicio en el que fue acusada de asesinato, si bien salió absuelta.
Finalmente, Frederik De Klerk, presidente de la República por el Partido Nacional, hubo de ceder ante la evidencia y abrir el camino para desmontar la segregación racial, liberando a Mandela en 1990 y convirtiéndole en su principal interlocutor para negociar el proceso de democratización. Mandela y De Klerk compartieron el Premio Nobel de la Paz en 1993.
Primer presidente Negro

Las elecciones de 1994 convirtieron a Mandela en el primer presidente negro de Sudáfrica; desde ese cargo puso en marcha una política de reconciliación nacional, manteniendo a De Klerk como vicepresidente y tratando de atraer hacia la participación democrática al díscolo partido Inkhata de mayoría zulú. Su apoyo a una selección nacional formada por blancos durante la Copa Mundial de Rugby de 1995, celebrada en Sudáfrica, muestra su empeño en integrar la minoría blanca y la mayoría negra sirviéndose de aquel acontecimiento deportivo y su firme voluntad de construir una nación para todos los sudafricanos, sin distinción de raza.
Mandela impulsó asimismo la redacción de una nueva constitución para el país, que fue finalmente aprobada por el parlamento en 1996. Un año después cedió la dirección del Congreso Nacional Africano a Thabo Mbeki, destinado a convertirse en su sucesor en la presidencia. En 1998, dos años después de haberse divorciado de Winnie, contrajo matrimonio con Graça Machel.
Junto con el arzobispo Desmond Tutu, que presidía la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, Nelson Mandela presentó en junio de 1998 el informe con las conclusiones de la Comisión. La talla del dirigente africano quedó patente una vez más cuando, frente al parecer del Congreso Nacional Africano, avaló las conclusiones del informe, que señalaban no solamente los abusos y crímenes del régimen segregacionista, sino también los cometidos por los diversos grupos de los movimientos de liberación, incluido el Congreso Nacional Africano. Tres meses antes de finalizar su mandato, Mandela anunció que no pensaba presentarse a la reelección. Le sucedió en la presidencia Thabo Mbeki, vencedor en las elecciones de junio de 1999.
Apartado de la vida política desde ese año, recibió múltiples reconocimientos, si bien sus problemas de salud hicieron cada vez más esporádicas sus apariciones públicas. Pese a su retirada, el fervor que Mandela despertaba en sus compatriotas seguía vivo.

Participaciones públicas.

En 2010 estuvo presente en las ceremonias del Mundial de Fútbol de Sudáfrica, y recibió el caluroso apoyo de la multitud; en julio de 2013, estando el líder gravemente enfermo, la población sudafricana se lanzó a las calles para celebrar su 95º aniversario.
Una gravedad que lo llevo a la Muerte.
En sus últimos años había tenido diferentes problemas de salud, derivados principalmente de su estancia de 27 años en prisión y de su avanzada edad; En febrero de 2011, fue hospitalizado brevemente con una infección respiratoria, atrayendo la atención internacional. En diciembre de 2012 fue hospitalizado hasta en cuatro ocasiones por sus problemas respiratorios, contraídos durante su estancia en las cárceles, y para la eliminación de cálculos biliares.
Después de que a principios de marzo de 2013 se le realizara una operación quirúrgica con éxito, Mandela fue hospitalizado en Pretoria el 8 de junio de 2013, en estado grave por una infección pulmonar. Después de cuatro días se informó de que su estado se había estabilizado, estando en un «estado grave, pero estable». El 23 de junio se comunicaba que tenía paralizados el 50 % del hígado y los riñones, y CBS revelaba que Mandela estuvo 40 minutos parado en una carretera con un paro cardíaco por una avería en su ambulancia la noche de su último ingreso.
Según un documento judicial del día 26 de junio al que tuvo acceso AFP, los médicos habían aconsejado la desconexión de Mandela, que se encontraba en un «estado vegetativo permanente y con asistencia respiratoria para sobrevivir. La anticipación de una inminente muerte está basada en motivos auténticos y serios... Los médicos han aconsejado a la familia desconectar la máquina que le mantiene artificialmente con vida. Para no prolongar sus sufrimientos, la familia Mandela contempla esta opción como muy probable».Por otra parte, la Presidencia de Sudáfrica emitió un comunicado en el que subrayó que permanecía en estado «crítico pero estable». «Esto no es un estado vegetativo», aclaró Mac Maharaj en referencia a la información de France Presse. Mandela falleció el 5 de diciembre de 2013, en Johannesburgo, tras cinco meses en estado crítico.

Elevado a la categoría de uno de los personajes más carismáticos e influyentes del siglo XX, su figura ha entrado en la historia como encarnación de la lucha por la libertad y la justicia y como símbolo de toda una nación.

“No podemos hablar de liderazgo sin autoridad moral”. “Nelson Mandela, Encuentro Mundial de Liderazgo Año 2000.

El liderazgo consiste en poseer el poder personal y social para convertir una intención en un resultado, manteniéndolo con, a través y para la gente. Para ellos, el líder es aquel que, sin importar su posición en la escala jerárquica, es quien más influye en el grupo en el proceso de clarificar metas y alcanzar resultados.
       

lunes, 14 de julio de 2014

Los Charcos de Damajagua, un regalo de la naturaleza.
Uno de los principales atractivos eco-turístico de la republica dominicana, son los impresionantes “27 Charcos de Damajagua”. Ubicados en la comunidad de Llanos de Pérez, perteneciente al municipio de Imbert, Puerto Plata, los famosos 27 Charcos son una verdadera maravilla de la naturaleza, cada imagen, en este campestre lugar te deja un sabor a lo maravilloso que es la creación de Dios.
El origen del nombre es debido a que las Damajaguas son árboles que crecen en la rivera de los ríos. Las Damajaguas mantienen el río con agua durante mucho tiempo y en los charcos se pueden encontrar estos árboles especialmente desde el charco número doce en adelante. La palabra” Damajagua” se deriva del vocabulario taíno. El río es resultado de la confluencia de numerosas cascadas y manantiales que nacen en las cimas de las montañas de los municipios Altamira e Imbert de Puerto Plata.








No fue hasta el 1994 cuando un grupo de jóvenes de este municipio, tuvieron la brillante idea de dar a conocer tan hermoso lugar de la naturaleza a nivel turístico; haciendo la función de guías a los visitantes.  
Enclavado en las hermosas colinas verdes de la loma de Llanos de Pérez, están los impresionantes e imponentes Salto de la Damajagua y sus 27 charcos. Los mismos forman parte del sistema de áreas protegidas de la Republica Dominicana. Este monumento natural del río Damajagua esta compuesto de 27 saltos de diversos tamaños y forma (Entre los principales están: La Tinaja, La Culebra, La marimba…). La asociación de guías salvavidas del río Damajagua coordina la bajada de los 27 charcos con chalecos y cascos, ofreciendo al visitante aventura y seguridad.


¡Que espera coge una guagua o tu propio trasporte y ven a disfrutar de lo bella de estos charcos! Disfrutara de comidas criolla, bebidas nacionales e internacionales, fotos, videos, y lo mejor de aguas cristalinas, frescas y frías, cuevas, “toboganes” naturales y enormes rocas moldeadas a la perfección por la pendiente de las aguas provenientes desde lo más alto de las montañas.