"Estimado profesor, él tiene que aprender
que no todos los hombres son justos, no todos son verdaderos, pero por favor
decirle que, para cada villano hay un héroe, que para cada egoísta, también hay
un líder dedicado, enséñale que para cada enemigo allí también habrá un amigo ,
enséñale que es mejor obtener una moneda ganada con el sudor de su frente que
una moneda robada, enseñarle a perder, pero también para aprender a disfrutar
de la victoria, háblale de la envidia y sácale de ella, dale a conocer la profunda
alegría de la sonrisa silenciosa, y a maravillarse con los libros, pero deja
que el también aprenda con el Cielo, las flores en el campo, las montañas y
valles.
En las bromas con amigos, explíquele que más vale una derrota
honrosa que una victoria vergonzosa, enséñale a creer en sí mismo, incluso si
está solo frente a todo el mundo. Enséñale a ser suave con los gentiles y ser
duro con los duros, enséñale a nunca entrar en un tren, solo porque otros
entraron.
Enséñale a escuchar a todos, pero en la hora de la verdad,
decidir solo, enseñarle a reír cuando esté triste y explícale que a veces los
hombres también lloran. Enséñale a ignorar las multitudes que claman sangre y a
luchar sólo contra todo el mundo, si piensa que es justo.
Trátelo bien, pero no lo mimes, ya que sólo la prueba de fuego
se hace que el acero real, déjelo tener el coraje de ser impaciente y a ser
encorajo con paciencia, trasmitirle una fe sublime al creador y fe también en sí
mismo, porque sólo entonces puede tener fe
en los hombres.
Sé que pido mucho, pero vea lo que puede hacer, querido
profesor.